Desde hace siglos
estaba escrita mi condena.
Desde hace siglos
se anunció que venía
defectuoso;
con los pies planos;
con la mirada lejana;
con un signo cálido;
con un disfraz de aire.
Y han sido muchas las noches
—casi todas—
donde al sueño le crecen alas
dejando, tras de sí, otra condena:
la de caminar y caminar descalzo
hacia los lugares en los que viví hace muchos siglos
cuando mi memoria habitaba en la mente
de los pájaros que sobrevolaron el país.
Y han sido muchos los días
en los que soy un espectador
del llamado de los árboles;
del regreso de esos pájaros;
del paso del miedo por mi sien;
Del paso del tiempo por mis raíces.
Desde hace siglos
estaba escrita mi condena.
Y ahora, como condenado camino
y arrastro conmigo las nubes
de los tiempos ocultos.
No sé para que publico, de todas formas no ves mis indirectas.