Recuerdo que dijiste
el olor te gustaba.
Olor a cigarrillo
a la mayoría le desagrada,
pero tu decías amarlo.
Fumaba por complacerte
ahora por no olvidarte.
Cada calada,
cual beso tuyo,
arde en mi pecho
detiene mi aliento.
Fumar es desagradable,
el sabor,
el olor,
la sensación…
Aún con ello
genera un gran placer
en el fondo de nosotros.
Sea
rebeldía,
personalidad,
calidez o
un pecho vacío,
no tiene importancia sólo
lo hace el cigarrillo.
Calada tras calada
llena el espíritu,
ilusión engañosa
sensación efímera.
No termino un cigarrillo
cuando enciendo otro,
temor a perder
el calor en los labios.
Calor de los besos
no olvidados,
labios tabaco
de adicto interrumpido.
Te ahogas en el humo y desapareces,
sombra que llora
por las tardes,
que odia
por las noches,
que añora
a cada hora.
Ultima calada:
ojos cerrados,
disfrutar el paso,
mirar el humo
revolotear,
esclarecer,
desaparecer…
Se lleva tu recuerdo
no hay más cigarrillos,
no quedan más besos.
No sé para que publico, de todas formas no ves mis indirectas.