¡Amor!
Sale victorioso cada mañana,
rayo de luz que entra como
invitado de cortinas,
con cada estadio
de luna tiene alguna
fase confirmatoria,
cubre como mausoleo
toda la existencia,
nada es tan pequeño,
trivial o suficiente,
sólo cabe la melancolía
en el rinconcito de la espera
de un nuevo encuentro,
nunca será arrebatado por un adiós.
No sé para que publico, de todas formas no ves mis indirectas.