Ni la vida ni la soledad son tan malas.
Los malos somos nosotros buscando una y rechazando la otra.
Sin entender que ambas llegan por sí solas.
Tan distintas, pero necesarias.
Tan dolorosas pero increíbles.
Una te da el camino mientras que la otra con quién caminar.
Llenas de mentiras y temor, pero al mismo tiempo de alegría y amor.
Si bien, nadie las ha logrado entender a su alrededor,
miles de preguntas se llegan a encender.
Y cuando al fin las entiendes, dicen adiós.
No sé para que publico, de todas formas no ves mis indirectas.