Gabriel Amador. 'Mac'ma' 2016. Fotografía digital.

Tomé asiento frente a la ventana. Solía ver aquel atardecer silencioso y melancólico que había sido testigo de mis expresiones con gestos confusos los últimos meses.

Los dos éramos puntuales. Era extraño pensar que con el mismo propósito; ya que él permanecía estático desde su trono flébil y rutinario, mirando a más personas como yo. Cada una en distintas ubicaciones, pero casi puedo apostar que sintiendo el mismo dolor. ¿Cuál era la diferencia? Él podía verlo, y yo también.

Pensé un momento en ese sufrimiento que, aunque en cada quien era diferente, terminaba siendo igual. Pensé en el encierro. Nunca imaginé que mi casa podría ser un arma conta contra mí, dónde los pensamientos de vez en cuando me atormentaban.

Imaginé mi futuro: todos aquellos planes pausados sin fecha de reanudación. Recordé a las personas, todas aquellas que, en estos momentos, se lamentan por el ayer, dan pasos temerosos con el hoy y temen por el mañana. Pensé en la ironía de la vida, y con ello en todo lo que estaba pasando, y es que toda ocasión es buena para aprender, y esta sin duda no podía ser la excepción.

Me imaginé en diciembre tomando la mano de mi abuela, mencionando con ello: «que año, ¿no?», mientras una lágrima cargada de sentimientos caía por su mejilla. Y es que sí, todos perdimos algo, pero también ganamos experiencia… reímos en días… pero, lloramos en otros, temimos, sufrimos, nos encontramos, crecimos.

Y entonces tuve miedo, me mortifica pensarlo así, pero… las palabras en mi mente son emociones conectadas con el tiempo, y este era mi tiempo, mi realidad; sin embargo, así es esto, quizá no es tan malo. Este año nos dejó mucho en forma de piezas perdidas que sólo el tiempo permitirá unir, y algún día contar esa paradoja con suspiros.

Después de todo, no siempre está nublado.

Recordé que existe un Dios, que habrá más tormentas con el propósito de crear seres con sabiduría, y según escrituras, claramente el universo se hizo más grande acosta de caos… en su historia.

Y tú, ¿tienes miedo?

No sé para que publico, de todas formas no ves mis indirectas.

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