Abuelo con barbas cortas.
Casi pelonas, como la casa que habita, que vacía de libros, respira un ambiente distinto.
Abuelo de papel.
Se siente alebrije al notar que sus pasos son tan pequeños, como los que daba al empezar a caminar.
Abuelo desanimado.
Ansía tener ganas. Pero la experiencia no se le escapa, ahí sigue, junto a él, y le susurra al oído: «La vida no se trata de diversos momentos tristes, ni tampoco de muchos sublimes. Se trata de la cotidianidad y sus pequeñas bellezas».
Abuelo lúcido.
Aún se ven sus hilos de pensamiento que, como manadas de aerolitos, atraviesan el cielo de su delgado cuerpo: «Es bueno hablar las cosas, analizar con el otro lo que pasó y sigue pasando, pero no en cualquier momento. Hay que escoger las condiciones adecuadas».
Abuelo apenado.
Piensa que cansa escuchar sus quejas, sus disgustos, sus decepciones.
Yo le escucho con gusto y atención
Por más doloroso que sea ver su opacidad.
Abuelo triste, abuelo angustiado, abuelo cansado.
Quiere dormir
Sentir el agua caliente en sus huesos frágiles
Ponerse su imaginaria pijama de elefantes rosas
Y arrullarse junto a ellos
Cual niño abuelo.
Abuelo sentido.
Molesto de percibirse abandonado en la casa sin libros
Culposo de sentir que se le desvanece la independencia
y que necesita de otras vidas. Una en específico.
Abuelo músico. Abuelo cantante.
Me ofrece uno de los dos últimos chocolates que le quedan
Tararea una y otra vez mientras mueve sus desnutridos dedos de pan
Y se entrega al aria y al televisor.
Abuelo poeta. Abuelo disciplinado.
Desmotivado de invitar una y otra vez a la inspiración a tomar café
Seguro de que a ella ya no le gustan las bebidas de su casa.
Abuelo papá.
Desea tener fuerzas para desenredar nudos pegajosos.
Y llenar las salas de optimismo
Y humor
Como antes lo hacía.
Abuelo admirable.
Hoy y siempre
Carga en sus hombros una maleta grande
Llena de tesoros y sonrisas
Y sigue caminando
Aunque el ritmo de sus pasos
Abuelo aferrado
Abuelo sabio
Abuelo sensible
Abuelo roble
Y auténtico.
Se sigue siendo fiel
Como pocos lo logran.
Abuelo mío
Abuelo suyo
Sólo me queda él en esa categoría
Un último abuelo
Un último chocolate que quedó en la cajita roja
Donde también se esconde él.
Abuelo bosque, abuelo río, abuelo último.
Hoy y siempre.
No sé para que publico, de todas formas no ves mis indirectas.