Levantarse una mañana y atarse a la sillapara no renunciar a la necesaria costumbrede anidar en el otro.
Atarse a esa sillapara amaestrar la soberbiaque gobierna a las almas solitarias.
Amarrase voluntariamente y admitir con humildadque depender es necesario para sentirse libreen esos días que la vida es vida.
No sé para que publico, de todas formas no ves mis indirectas.