Convertido en tierra fértil,
lluvia y luz de madrugada
velaré tus horas negras
y la sal de tu mirada.
Voy a ser el río que inunde
de sosiego tu manglar:
el caudal de agua dulce
donde te colmes de paz.
Entre danzas monocordes
de un bravío vendaval
ceñiremos la distancia
entre tus pies y mi fangal.
Cuando creas perder el norte
seré brújula de mar:
el cerezo en horizonte
donde encuentres libertad.
No sé para que publico, de todas formas no ves mis indirectas.