Gabriel Amador.
Sin título. 2018. Fotografía digital.

Últimamente he tenido que aprender a convivir con una parte de mí que había estado paseando sobre alguna nube voladora. Resulta que volar tanto tiempo provoca un desfase en mi memoria. Soñaba tanto tiempo despierto que cuando dormía parecía tratar de olvidar todo lo que había acumulado durante el día.

Aprender que las pesadillas son parte de las escenas cotidianas de esta realidad, ha cerrado el telón de mis expectativas. Mismas que me permitían imaginar y simular cualquier tipo de información visual que necesitara… Ahora me encuentro nadando en un rompecabezas: en busca de pistas que me conduzcan hacia piezas que me permitan terminar el juego. El juego de proyectar información sobre un bastidor.

Mi rol en este caso consiste en emular información en mi cabeza y traducirla en mezclas de pintura capaz de reproducir los mismos efectos y emociones al compás de trazos seguros y bien definidos.

Lo que estás leyendo no es más que simples reflexiones de un intento de pintor tomando notas en un checkpoint de su partida. Navegando en el menú y visitando la vitrina de trofeos y derrotas.

 

Dejando descansar a la consola.

No sé para que publico, de todas formas no ves mis indirectas.

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