El ojo trémulo observa el iris de los fanales contrapuestos a su rostro, y estos a su vez notan el párpado,
el párpado que enjuaga y humedece las ventanas hacia la idea que implota,
la misma idea que nace/deshace las arañas de los viejos entredichos de color púrpura.
¿Estás escribiendo palabras al azar?
Llévate las costillas, de la dos a la once y construye un xilófono,
ahora escribe una canción para mí, sólo para mí.
No sé para que publico, de todas formas no ves mis indirectas.