Carolina Navarrete.
Sin título. 2022. Fotografía digital.

Si buscáramos culpables solo encontraríamos espejos. 

Yo busqué mi celular bajo la almohada, por ejemplo, y encontré tu mano, tu dedo meñique para ser exactos. 

Sentí paz y también sentí miedo. 

En el transcurso muchas cosas se perdieron.  

El mirarnos, el reconocernos, escucharnos… enamorarnos. 

No sé en qué momento dejamos de cuidarnos, de cuidar lo que construimos. De cuidar nuestras palabras y los momentos que pasamos juntos. Dejamos que el enojo y el orgullo construyeran barreras tan grandes que ahora se siente que estamos muy lejos.  

Hablar. 

La sola idea parece imposible, incluso podría decir que me hace sentir miedo y también cansancio. Sé que a ti también. Estamos muy hartos de nuestras diferencias, esas que parecen hacer imposible el escucharnos. Luchamos constantemente por expresarnos de cierta manera tú a la tuya y yo a la mía, el problema es que nunca aprendimos o nos permitimos encontrar el punto medio. 

Ceder algo en esta relación parece una pérdida, y siento que ninguno de los dos está dispuesto a perder más. 

Qué cansado seguir peleando por ser algo que no somos, que no queremos ser, y es que estamos tan cómodos en nuestros extremos que ceder un poco parece un acto de control por la contraparte, algo que no es sincero y que sólo se hace para encontrar algo de calma en la tormenta y poder dormir un momento. 

Cada vez todo se vuelve más borroso y los límites parecen más delgados y flexibles los pasamos como si fueran irrelevantes, vamos desgastando la relación nos agotamos al sentirnos tan opuestos todo el tiempo. Y parece un sueño estar de acuerdo. 

No sé para que publico, de todas formas no ves mis indirectas.

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