Ikeoner. 'Dos individuos asaltando a una familia'. 2020. Ilustración digital.

Estamos destinados a no ser
a regalarnos miradas mentirosas
de esas que
esconden un secreto
a mirarnos tímidamente el alma
de reojo,
torpemente,
ingenuamente esperanzados.

Destinados
a besar bocas desconocidas,
abrazar cuerpos fríos
inertes,
a regalar sonrisas falsas.

Destinados a sentir amor sin sentimientos
a reír nerviosamente cuando nos recordamos.

Somos dos almas malditas
destinadas a no ser
caminando por las oscuras calles de este laberinto sin nombre
(apodado: realidad),
sumidos en un abismo de miradas fugaces
de escenarios sucios que esconden nuestra pasión.

Caminando a solas
sin ojos para ver esta prisión
con un corazón en la mano y un hueco en el pecho
esperando,
rogando,
rezando,
para que nuestro cuerpo encuentre un corazón al cual aferrarse.

Destinados
tristemente a ser solamente poema y verso,
fantasía y sueños

Somos un:
‘por siempre tuyo’
que se le escapó a un poeta junto con una lágrima.
(El tú y yo nació del llanto poético del amor).

Estamos destinados a no ser
tristemente,
amiga mía,
amor mío,
mi dulce sueño eterno,
sólo somos poesía en este cuento.

Destinados
a ser un anhelo constante de dos corazones moribundos
pañuelo de lágrimas,
de besos huérfanos, abandonados
sólo constante confort de almas desoladas.

Estamos destinados a no ser
más que tragedia con tintes románticos
(utopía,
amor,
utopía).

No sé para que publico, de todas formas no ves mis indirectas.

Suscríbete

NEWSLTTER