Gerardo Buendía.
Sin título. 2022. Fotografía digital.

Y así, de la nada… Volviste. Tu imagen era tan nítida. Vaya falsedad el creerte olvidada. En realidad, sigues en mi mente, incluso, quizá, escondida entre el vaho de mi respiración. 

Tengo el recuerdo de estar contigo, verte y asimilar nuestra tensión, nuestro duelo y nuestra nula apreciación por la existencia del otro. Aun así, fue ahí en donde me di cuenta de lo que hasta el día de hoy me gustaba de ti.  

Me duele nuestro encuentro porque en el fondo sé que es el último, me duele porque además sigo ciego ante las cosas que te lastiman y, créeme, en verdad quiero que termine, me duele porque es un adiós sin siquiera mirarnos, me duele que ahora seamos extraños en este viaje de sincronicidades y esta haya sido nuestra última visita.  

Aún quiero verte y ver en ti la verdadera belleza que enaltece tu ser, sin embargo, porque te amo, lo mejor será dejarte ir, inclusive de esta nube onírica de mis recuerdos.  

 

Sueño del 26 de agosto 2019. 

No sé para que publico, de todas formas no ves mis indirectas.

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