Eloísa García.
Quieta. 2019. Fotografía digital.

Estaba segura de lo que pasaría,
tenía todas las intenciones y ninguna duda
de que terminaría con su vida.

No quería que todo sucediera tan rápido;
quería sentirse completa,
quería amarlo primero.

Encontraba poético
enamorarse y vivirlo,
todo justo antes de morir.

De entre todas las miradas,
sólo le importaba la suya.

Mientras se enredaba entre sus brazos,
le repetía que de nada servía seguir existiendo.

No le creyó
aunque también lo sentía.

«Nunca nadie me enseñó a querer» dijo.

Besó su rostro
aferrándose a su pecho 
para ser la primera en sentir 
si cambiaba eso.

Y a pesar de que llevaba tiempo
estando lista para dejarlo todo,
no quiso dejarlo a él.

Nunca estuvo más lejos
de sí misma,
y más cerca de ser amada
que aquél día.

No sé para que publico, de todas formas no ves mis indirectas.

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