Ignoraron tu tristeza
para cubrirla de una máscara tan pesada
que trastabillaba y tildaba dentro de las manos
que ahora sostienen mares salados,
ahogados de todo lo que no fuiste
ni pudiste ser.
Te arrebataron inviernos enteros de gritos
que yacían en el silencio
que noche a noche
y a ojos abiertos,
soñabas.
Pintaron tus miedos
de colores tan estridentes
como las alteraciones que recibió tu historia.
Con el único propósito
de que te adueñaras de tonalidades construidas
y así poder cegar a quien se acercara,
queriendo regresar las piezas del rompecabezas
a su sitio natural.
Crearon infinitas posibilidades
que respiro a respiro,
marcaron un camino
que ni siquiera llegaste a recorrer.
Disfrazaron de amor
aquellos discursos
que te robaron el cuerpo
y las ganas de habitarlo.
Lograron que perdieras de vista el piso
y consideraras
mil maneras de vivir muriendo.
Y lo hiciste…
Elegiste por todo,
por todo y no por ti.
Creíste a tus pasos desaventajados,
a tus decisiones enmarañadas
y a tu sentir tergiversado.
Cediste ante tus siempre «nunca»
y confesaste a muerta voz,
el dolor que aprisionó tu libertad.
Decidiste abandonarte y abandonarnos,
dejando de intentarlo.
Soltando las ganas por la fuerza
y poniéndole fin a una historia
que te estaba escribiendo a ti.
Te prometo un «hubiera»,
y un botón de espera…
Te llevaré en el alma;
la vida entera.
No sé para que publico, de todas formas no ves mis indirectas.