Gerardo Buendía.
Sin título. 2022. Fotografía digital.

La creadora de estrías era alguien inexistente, 
para algunos quizá. 

Un ser un tanto fantasioso, que de visita no está. 

Pero a pesar de todo, ella está ahí, donde por lógica la hallarás. 

Entre la piel y la carne, descansando la verás. 

Ella observa todo, cada momento que por tus ojos ha de pasar. 

Espera ese instante, donde su huella dejará. 

Dibujando con su dedo una línea para agrietar 

Algo a lo que tu prefieres decirles: «estrías, agh, que molestia que dan». Su trabajo es minucioso, contando cada día los centímetros de más. Tiene que ser muy perfeccionista para que nada vaya mal. 

Detesta esas tontas cremas que su trabajo intentan opacar. 

No entiende porque los humanos no la quieren valorar.  

Lo que ella hace es increíble, un hermoso acto de amistad. 

Guarda con líneas pequeñitas cada momento que creciste un poco más. Ella se siente como tu madre, aunque tú no la puedas observar. 

Y que tu intentes desaparecer sus recuerdos de antigüedad a ella la lastiman mucho, demasiado en verdad. 

En fin, ella está ahí, aunque tú no la quieras encontrar. 

Reposando entra la piel y la carne. 

Dibujando con su pulgar. 

Pequeñas líneas que en principio invisibles se verán. 

Recordándote cada vez que tu piel se ha de estirar. 

Recordando cada vez que creciste un poco más.

No sé para que publico, de todas formas no ves mis indirectas.

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