Le hablo con amor, le hablo con rencor, le hablo con culpa y a veces con perdón, pero le hablo aún cuando no esté seguro de si me escuchó.
No sé de quién hablo o a qué voy, veo muchos días pasar y el ayer se ha vuelto hoy. Pregunto y pregunto, pero el silencio es quien acogió, será por pena o por compasión, por verme esperando o que sé yo, probablemente él tampoco lo conoció.
Le hablo con duda, con devoción, le pregunto quién es o por qué aquí estoy, quiero saber más, no me respondió. Quisiera enojarme, pero rostro aún no le doy.
Seguiré cuestionando que sucedió, podrá ser un desatino, un error, podrán ser muchas cosas, pero aquí sigo yo, solo y solo hablando contigo o tal vez al final no.
Pero, ¿y si él se cansa de mi ruido, de lo que quiero y a veces pido, si mis secos labios de lo que digo y mis ojos de eso que no miro?
No sé para que publico, de todas formas no ves mis indirectas.