Gabriel Amador. Sin título. 2018. Fotografía digital.
Que la oscuridad no cese, que el alba no llegue, que el sol aún no despierte, y que las estrellas no se estrechen. Por mí que la mañana espere y que los astros no entren, que la oscuridad sea perenne. No importa que los mares se inquieten, pero, por ver a mi luna toda la vida, que se quiebre el mundo, y mis ojos se cierren viendo su resplandor tan blanco. Y bordeada de una oscuridad tan negra como su amor.
No sé para que publico, de todas formas no ves mis indirectas.