Decidí cambiar mis hábitos entre tazas de café, soltar la amarga culpa de todo lo que
alguna vez pude ser; egoísta o abnegado con sentimientos que a veces sigo sin aclarecer,
impulsivo o impasible con ideas que aún no puedo entender, o simplemente indiferente a
todo lo que no quiero ver para terminar el día buscando otra taza de café.
¿Me hacía mal?, no lo sé, pero siempre estuve dispuesto a una taza que me mantuviera en
pie, sean amargas o insulsas eran lo que necesitaba para poderme distraer y así cansarme
como siempre en el pasatiempo de cuanto poder beber, esto hasta ahogarme en las
mismas promesas de que la siguiente tendrá el sabor que espero tener.
Me cansé.
Perdía aroma el café y frío o no dejo de importarme,
perdía sabor el café y empezaba a buscar té,
mis hábitos cambiaron y mi adicción dejo de ser café,
deje esas tazas para ahora querer beber té.
No sé para que publico, de todas formas no ves mis indirectas.