Ilustración por Victoruler, de Noun Project. s/f.

Sé que nos han roto tantas veces que aún podemos encontrar pedazos de nosotros por el camino, que hemos mezclado el alcohol y las lágrimas hasta gritarle a la luna, que hemos besado tanto, pero tanto, a innumerables personas que casi se nos agotan de los labios los te quiero en vano y, aun así, hemos entregado nuestro primer parpadeo al despertar y el último por la noche.

Hemos amado a personas que parecen olas, llegando a nosotros envueltas de magia, invadiéndonos el cuerpo, y justo cuando esperamos que se queden, se alejan, hemos confundido nuestros sueños de madrugada con la realidad misma, sólo para escapar de nuestra vida.

 

He recorrido un largo camino, levantando vicios, curando heridas que por el paso del tiempo deberían ser ya cicatrices. Hemos contado tanto nuestras historias: que me enamoré de tus desventuras y entendí que lo nuestro no es sólo casualidad.

Que quiero que vengas a mí con todo tu pasado y aun así buscando un futuro juntos, quiero que el fuego que nace en tu alma arda en mi vida con tan sólo mirarte, quiero delinear con mis labios cada contorno de tu cuerpo, contar los lunares de tu espalda y que tu sonrisa sea mi nueva estación preferida del año.

Quiero dominar las ciencias exactas de tu cuerpo, aunque tú seas tan impredecible como la lluvia que limpia las impurezas del cielo, quiero, quiero, quiero, y preguntarme a menudo quien de los dos escribe este poema.

Quiero que entre tu yo exista toda una antología de nuestras miradas, que tu historia cuente los silencios de mis madrugadas y despertarte con el eco de tu gemido que estremece las montañas.

No sé para que publico, de todas formas no ves mis indirectas.

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