Ilustración por Victoruler, de Noun Project. s/f.

No le tengo miedo a nada, excepto a verte. No puedo explicarme por qué aún tiemblo cada vez que te veo.

Aún no sé cómo empezar esta carta, supongo que empezaré con lo más sencillo. Puede que sepas quién te escribe, o tal vez no. Quise hacer esto para expresarte un poco lo que siento por ti.

Me enamoré de ti desde que te vi por primera vez en los corredores de la universidad. Siempre me has parecido un chico encantador, un chico lleno de energía y felicidad. Te llegué a ver también algunas veces en los bares cerca de la escuela, quería hablarte, pero nunca tuve el suficiente valor para hacerlo. En mi defensa, puedo argumentar, fue porque no sabía exactamente sobre que hablar contigo. Simplemente sentía que me iba a quedar congelada en esa mirada que me encanta.

No sé cómo puedan tomar esta carta, quizá nunca descubras quién soy. Sólo puedo asegurarte que me gustas demasiado. Ojalá algún día pueda hablarte, ojalá algún día podamos conocernos. Mientras, permaneceré en anonimato y quizá, cuando regresemos a clases, pueda armarme de valor presentarme y conocerte, y así enamorarme más de ti.

Debo decir también, que me fascinas. Me fascina tu mirada, tu estilo y… ¡Oh, por Dios! Tus labios.

Puede que pienses que esto es un poco extraño, pero esta carta es una simple excusa para expresar mi encanto hacia ti.

Eres perfecto para mí, Mauri.

Hasta pronto.

Tu admiradora.

No sé para que publico, de todas formas no ves mis indirectas.

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