Sigo pensando en ti como una de las mujeres más dulces que conozco. Me fascina tu sonrisa. Estoy encantado por tu voz y por tu mirada tan, pero tan noble. Eres increíble, porque miras las cosas siempre con gentileza. A veces lloras por recordar el pasado, pero, por más que insistas, nunca dejas de verte linda. Para mi eres especial, pues has movido una parte de mi ser con esa magia… bueno. Eres increíble. Y estoy enamorado de ti desde que te vi aquella vez en un rinconcito de la escuela, distraída y llena de cansancio.