Una muy buena amiga, quien, aunque también se dedica a la arquitectura, hace ilustraciones tanto digitales como análogas; ella y yo nos encontrábamos abordando el tema de la iluminación natural (del sol), pero no como tal en un espacio construido, sino el sol en la naturaleza misma. Quedé atrapado ante la propuesta de ella de hacer una maqueta (la cual posteriormente ilustró), misma que yo concebí en cuanto me lo platicaba: como un espacio de serenidad y apreciación. Lo que me despertó las ganas de relatar cómo era estar en ese espacio. Se los dejaré por aquí, y deseo puedan disfrutarlo en la imaginación:
¿Has visto el sol nacer?
Hoy es un día muy especial, mi madre me ha llevado muy temprano a un lugar perdido entre las montañas. Perdido para mí, pero muy conocido para ella, y es que comenzó diciéndome: «a ti te gusta ver morir el sol, pero, ¿lo has visto nacer?». Pretendí saberlo y contesté: «sí, claro, cuando abro los ojos al despertar», ella sólo río y me dijo: «pues bien, hoy lo verás».
Más que describirles el lugar, quiero describirles el momento. Y es que estando en tan bonito refugio, en medio de la nada… recuerdo que eran justo las seis de la mañana, cuando un punto de luz que salía por en medio de la casa del sol (así decidí llamarla después de ese día) iluminó mi cara, y mi madre me dijo: «míralo, ya está naciendo».
Yo no entendía cómo ella sabría que justo ahí habría de tocar mi cara el primer rayo de sol, pero se lo pregunté y ella contestó: «hice este sitio como tributo a las vidas diarias del sol, que puedes venir y mirarlas, y siempre sabrás en qué punto de su vida irá. Si bien, en su nacimiento, en su máximo esplendor, o en su decadencia; y las he indicado bien con tres estelas, estas te harán saber en qué punto de su vida se encuentra».
Quedé maravillado ante la manera de ver de mi madre la vida de un sol diario pasar. Siempre que puedo, vengo a ver en qué punto se encuentra el sol, y le deseo un buen trayecto para lo que le resta de vida.
No sé para que publico, de todas formas no ves mis indirectas.