Fred Roessler.
Sin título. 2022. Fotografía digital.

Pues sí, lo lamento, pero
te pido que no te vayas,
aun cuando no eres adepto
a la idea de que me gustas.

Yo te estaré esperando a ti,
como dice esa canción,
donde el amor verdadero
lo encuentras en los áticos.

Mi intención no es que dejemos
de lado esta relación,
con la que ambos nos distraemos
planteando cualquier especulación.

No deseo que pienses que hemos
hecho mal nuestro acuerdo de
ser tan sólo un par de amigos
que digan siempre: «presente».

Lo único que desearía
es que de mí no te olvides,
ya que sólo viviría
escribiéndole a las nubes.

Dictas un sin fin de «peros»
cuando lo que hago es quererte.
Agregas no tener pesos
cuando eso no es relevante.

Lo que de amor real se dice,
¿acaso no lo recuerdas?
Que éste de música vive
y de engullir papas fritas.

Y luego, igual me preguntas
que cuándo nos escapamos
a alguna de las playas
para así poder besarnos.

No entiendo qué es lo que buscas:
si mantenerme a tu lado
o tan siquiera abusas
de que me fascinas tanto.

Está bien, seamos sinceros:
a mí, eso no me importa.
Lo que sí, cumplir tus sueños,
aunque ahora estés con otra.

Parecer inoportuna
no quiero ser, tan sólo
que me entiendas
que tu luna soy y no es algo que controlo.

Pues, como todo planeta,
aun cuando no se da cuenta
de su presencia neta,
a veces la recuerda,
atada con un amor que le prometa.


No sé para que publico, de todas formas no ves mis indirectas.

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