A veces no duelo, floto.
Me siento en el cielo,
por dentro.
Un duelo, pero no lo noto.
Te quiero
No entrarás dos veces en el mismo río.
Te doy un beso y me voy, no eres mío.
Sé que no me liberas, mi amor, de mis cadenas,
pero de ratos mermas su peso;
inhibes las penas.
A veces recuerdo y lloro,
me río y me río de mí;
me río de que me haces reír.
Falso resplandor de lo que ya no puedo sentir.
Pósame en tu regazo y acaríciame el pelo;
pégame a tu pecho, quiero sentir tu calor.
Tus besos, tus brazos, cachito de cielo,
no te das cuenta, pero estás sosteniendo mi corazón.
Tu voz, tu mirada,
tu alma asustada
buscando un lugar al cual llamar hogar.
Ya no llores, que no pasa nada.
Yo te lo voy a dar,
y si un día decides la puerta cruzar,
te lo prometo, amor, que no pasa nada,
ni siquiera sé ya lo que es llorar.
Hagas lo que hagas, te espero
de manera tonta y bastante simple,
te quiero;
luego de pasar la página al libro,
te quiero;
después de amarme a mí misma,
todavía te quiero;
incluso cuando renunciar a la fuerza no está en mis planes.
Te quiero.
No sé para que publico, de todas formas no ves mis indirectas.