Vida, isla de aire,
vasija de barro,
eres apenas el vaivén que camufla las horas
con un tacto lisonjero antes de que todo acabe.
Vida, vagancia, viaje, descanso, descenso, oración sin sentido.
En ti aparece el amor,
la mañana,
la duda,
el beso,
la calma,
la utopía desnuda
en partes desiguales
para mantenernos cómodos.
Isla de aire, me nombras, me incomodas, te enciendes con el fuego de mis ojos.
Aún en lo oscuro, donde no puedo verte, te apareces de pronto
consumes mi inocencia, te llevas mi piel.
Vida, te desgastas, te alimentas de la paz de las calles.
Se erosiona tu voz cuando suena una caída,
convulsiona tu espíritu al oír el derrumbe.
En tu cuerpo habitan las palabras ciegas,
las ideas arrinconadas,
las historias secretas:
esas voraces sombras
en cuya espesa niebla las personas se miran
para poder reconocerse.
Vida, isla de tiempo,
proyección de lo abstracto, apenas un parpadeo,
eres acaso el vaivén que camufla los rostros.
Eres caos,
eres orden. Todo al mismo tiempo.
Eres el doblez de un papel antiguo
donde escribimos nuestros temores
como esperando que se extingan;
eres la ola que moja la arena,
la lluvia que impacta en el suelo a lo lejos,
la silueta de una sirena,
la masa desgastada de una capilla.
Eres el lápiz de mi mano,
el lienzo en mi vista plana,
el sueño con el que despierto a diario,
la ruptura, la tormenta, el desenlace
que me espera.
Vida, perturbas, caminas,
te despliegas, te petrificas,
en mis días nublados luego te manifiestas
como no queriendo.
(En lo oscuro, donde no puedo verte, apareces de pronto
Pero, cuando creo que te toco, rápido te esfumas).
No sé para que publico, de todas formas no ves mis indirectas.