Eloísa García.
Camino de luz. 2020. Fotografía digital

Los
demás pudieron dejarlo y mirarse amablemente. 
Me retumba en el alma. 
¿Por qué nosotros no?
Me dice el maíz que le contó el viento que no pudiste dejar las cosas
atrás. 
Pienso que es porque aún me
odias.         
Yo a ti, un poquito [quizás]. 
Después de experimentar tanta vulnerabilidad y miedo. 
Volví a ti, más veces de lo común. 
¿Qué me hace volver a ti? Me preguntaron. 
Una hora no fue suficiente para terminar. 
Diré solo uno. 
El canto de las aves antes del amanecer. 
Diré sólo otro. 
Amor puro. 
Sólo uno más. 
Paz. 
La última y ya. 
Me recordó que no todo fue dulzura. 
Increíble como la mente quiere engañarnos. 
Ser consciente de tu inconsciente. 
Te hace consciente. 
Si una tercera guerra mundial silenciosa no puede hacer que nos demos una
sonrisa. 
¿Qué podría hacerlo? 
¡Nada! Me gritan. 
¿Nada? Pregunto. 
¡Nada! 
Asquerosamente triste y verdadero. 
Que yo te di mi sonrisa. 
Tú, no la devolviste. 
Dejaste el sabor amargo.
Diste la mano a la persona equivocada. 
Vomitivo el que dentro de mi gran impacto. 
Me den más ganas que antes de paz contigo. 
¿Por qué quieres paz con quien grito y quiso herir? 
Si logro pasar esto sin remediarlo. 
¿Habré ganado? 
¿Podría encontrarlo más fácilmente? 
Solía imaginarnos. 
Viéndonos el uno al otro con amabilidad y perdón. 
Compartiendo un momento. 
De esos que nos unían. 
Quizá nuestro destino era solo amistad. 
Vamos a calmarnos [voy]. 
Sólo es un pensamiento. 
Desahogo. 
Un intento de poema. 
Déjalo ir. 
Solo déjalo ir. 
Abre la puerta y deja que el universo se cuele.

No sé para que publico, de todas formas no ves mis indirectas.

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