Una negra y una blanca
Carolina Navarrete. Sin título (ESIA Tecamachalco). 2020. Fotografía digital Tomó una pieza blanca y una negra, las observó, y se inclinó por la blanca. Comenzó el juego de su vida. Primer movimiento, ganó dos lugares con el peón. Mordió una hamburguesa, sus arterias se recubrieron de grasa. Perdió un caballo. Molesto, se empinó la botella de tequila, el hígado se estremeció, y fue el turno de la torre. Quedaban pocos movimientos, la Reina era la única que